Los efectos nocivos del perfeccionismo en el ambiente laboral

Ya estamos en el 2025. Y como todos los años, nos cargamos de buenos propósitos. Unos los podremos cumplir, otros no, pero lo importante es que pongamos nuestro mejor empeño en conseguirlo pero nunca con nuestra salud como moneda de cambio.

Porque, bajo la apariencia de búsqueda de lo óptimo y del alto rendimiento, el perfeccionismo puede acarrear una serie de efectos negativos que impactan tanto en nuestra salud física como en la salud mental de los trabajadores, así como en las relaciones laborales y personales.

El perfeccionismo se caracteriza por la búsqueda constante de estándares imposiblemente altos, el temor al fracaso y la auto exigencia excesiva. Aunque esta mentalidad puede parecer impulsora de la productividad y el éxito, en realidad conlleva un alto costo para quienes la padecen.

Uno de los efectos más evidentes de esta búsqueda de lo excelso en el ámbito laboral es el estrés crónico. Los perfeccionistas se ven constantemente presionados por alcanzar resultados impecables, lo que genera una carga emocional y física abrumadora. Este estrés prolongado puede desencadenar una serie de problemas de salud, como trastornos del sueño, dolores musculares y problemas gastrointestinales.

Además del estrés, la ansiedad es otro compañero constante del perfeccionismo. La constante preocupación por no estar a la altura de los estándares autoimpuestos puede llevar a un estado de ansiedad crónica, que afecta la capacidad de concentración, toma de decisiones y desempeño laboral. Esta ansiedad también puede manifestarse en síntomas físicos, como palpitaciones, sudoración excesiva y dificultad para respirar, lo que dificulta aún más la realización eficaz del trabajo.

También puede socavar las relaciones laborales y personales. Los perfeccionistas tienden a ser críticos consigo mismos y con los demás, lo que puede generar tensiones y conflictos en el entorno laboral. Además, la búsqueda constante de la perfección puede dificultar la colaboración y el trabajo en equipo, ya que los perfeccionistas pueden ser reticentes a delegar tareas o confiar en los demás para realizarlas.

En última instancia, esta tendencia nos puede llevar a un agotamiento físico y emocional conocido como síndrome de burnout. El síndrome de burnout se caracteriza por el cansancio extremo, la falta de motivación y la sensación de incompetencia, y puede resultar en una disminución significativa del rendimiento laboral y un aumento de la rotación laboral.

En resumen, si bien el perfeccionismo puede parecer una cualidad admirable en el ámbito laboral, sus efectos nocivos son abundantes y graves.

En OSTA consideramos que es fundamental reconocer y abordar esta problemática de salud y bienestar laboral, tanto a nivel individual como organizacional. Fomentar una cultura laboral que valore el esfuerzo y el progreso por encima de la perfección absoluta puede ayudar a reducir sus efectos negativos y promover un ambiente laboral más saludable y productivo para todos.

En OSTA estamos comprometidos con el conocimiento y difusión de la prevención para toda la plantilla municipal. Es uno de nuestros objetivos prioritarios por lo que, para acercaros un poco más el mundo de la prevención de riesgos laborales os iremos mandando píldoras mensuales sobre temáticas diferentes que esperamos sean de vuestro interés.

Written by OSTA Ayuntamiento de Zaragoza